martes, 29 de octubre de 2013

LA PEDRERIÍTA QUE YO AMÉ -- Dedicado a M. F. K. (my little evil angel).


Dedicado a M. F. K. (my little evil angel)

No he propiciado ni poesía ni versos dormidos... La inspiración no llega sola, la acompaña el dolor y la desolación, por que no hay verso ni prosa mas triste que la de un bardo flechado por un falso cupido, su musa perdida por la noche oscura y densa, tan solitaria y oscura, como la piedra dura, que “esa ya no siente nada” – pues tiene muerta el alma y frío el corazón...

Su pequeña niña ultrajada fue poseída por el demonio de la adicción, un monstruo torvo y testarudo, que fue carcomiendo su alma desde la mas tierna edad...

Pero, ¿qué puede decir un corazón enamorado, cuando su amor se ha ido? – Solamente pensar que algún día volverá... “La pedreriíta que yo amé”

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Ahora y aquí, en mi cuarto sombrío, al margen del desorden y el descuido,

Donde un caos de objetos y trapos extraviados esparcidos por doquier, descanso de ella,

Descanso de no poder asir su alma, ni sostener su mano,

Con este complaciente desdén de no hacer nada, de no querer a nada ni a nadie, hasta poder volver a ver a “La pedreriíta que yo amé”

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Mas me valiera recordarte siempre como la última vez que te vi, desvalida y frágil, sin deseos de consumir...

Con tus besos comedidos, dados como recompensa o negados como castigo,

Y así, este paraíso que me regalaste, vivirá siempre en mi, como el recuerdo mas íntimo y precioso que un corazón solitario pueda albergar,

Y así, vivirá para siempre en mi, aquella que un día fue “La pedreriíta que yo amé”

Josman Wonoband,27 de diciembre de 2008

jueves, 5 de septiembre de 2013

MAGNA FRATERNITAS UNIVERSALIS

El Éxodo como Ley Vital

ILUSTREMOS EL ÉXODO  
1.- EN ZOOLOGÍA: EL EXODO EVOLUCIONADOR DE LOS ELEFANTES
  
  
elefante-africano         
         hirax600       
ELEFANTE AFRICANO     HIRAX
"Al ser el elefante el propio gran símbolo del 1er. grado, su comportamiento y su inteligencia en el elefante GANESHA, es interesante comparar en el propio origen del elefante un fenómeno parecido, que revela que hace millones de años quedó estancado y decrecido en la Línea Horizontal de su evolución."
  "Fue comparativamente al emigración, el éxodo de los antecesores del elefante, en que se liberaron con nuevas condiciones evolutivas."
   "Dicen especialistas naturalistas de gran autoridad científica como Metchnikoff y en la Enciclopedia “Maravillas de la Vida Animal”, Tomo I, Editorial Labor, Buenos Aires-Montevideo, 10 de setiembre de 1952, que el pariente del actual elefante es un pequeño descendiente de los mismos remotísimos antecesores de los ahora colosos e inteligentes elefantes, ofreciéndose así un ejemplo de los extremos a que la ley de evolución puede llevar a través del tiempo."
    "El nombre de ese pariente del elefante es hyrax, conociéndose veinte especies de estos conejos de roca, entre los cuales se halla el damán de Sudáfrica con patas semejantes al elefante, el conejo de árbol del Níger que sirve de perrillo faldero y el conejo siríaco mencionado por Salomón en los XXXXX Proverbios bíblicos, siendo ésta la única especie que se reproduce fuera de Africa. Estos pequeños animales viven generalmente en las cavidades y en las anfractuosidades rocosas que la Naturaleza hace en las tierras pedregosas altas y bajas hasta llegar al mismo litoral en las cercanías de la línea máxima de las más elevadas mareas. Son muy tímidos en el estado salvaje, de costumbres furtivas, limitadas, decreciendo siempre en aspecto y alcance hasta verse reducidos. En la cautividad se amansan pronto, si bien algunas especies se tornan agresivas para las personas que desconocen. Su alimentación consiste en legumbres verdes exclusivamente. Por ser ágiles en extremo y de movimientos rápidos e inesperados, son muy difíciles de capturar vivos, pero una de las especies, que habita en Nigeria y es conocida como conejo de árbol, es por el contrario fácil de aprisionar, por lo cual es muy buscada por los negociantes de animales vivos y por los aficionados a mantener animales “extraños “ en sus hogares. Existe también el manatí que vive en el agua, es muy tímido, se parece al elefante sobre todo en los dientes y tienen algunos colmillos."
     "Ha de reconocerse que el Hyrax es hasta cierto punto útil, pues en la terapéutica se incluye el producto llamado hyraceum, que son los excrementos del animal y sirve de antiespasmódico."
      "Sólo un estudio minucioso de comparación  de las estructuras del  armazón óseo de las patas de uno y otro ha podido establecer esta identidad de origen. Arranca esta desde los albores de la época secundaria de los anales geológicos, cuando los primitivos y escasos tipos de mamíferos empezaron a subdividirse en crecido número, más o menos caracterizado, de grupos u órdenes que admitimos en nuestros días."
      "En aquellos tiempos nebulosos, el elefante no era en animal inteligentísimo que hoy conocemos. Por los restos fósiles que se han encontrado, suponemos que se trataba en este antepasado de un animal sumamente tosco, parecido al tapir actual en tamaño y sugiriendo muy vagamente el carácter proboscídeo o de poseer un órgano de prehensión en su trompa o nariz. Este animal se conoce entre los paleontólogos con el nombre de Moeritherium, de la misma línea de antepasados que los progenitores raciales del conejo de roca o hyrax."
     "En el mundo ancestral de los elefantes sigue en orden al Moeritherium otro animal extinto, llamado paleomastodonte. Los paleontólogos han encontrado de este animal una perfecta serie de eslabones en la cadena de evolución de los elefantes, desde el recientemente extinto mastodonte-mamut hasta el elefante que todos conocemos y admiramos que bajo la observación de los antiguos sabios simboliza en Ganesha, el elefante pardo el símbolo del 1er Grado de iniciación y en Airavata el elefante blanco, el símbolo del 5º grado."
     "Así como el elefante en su largo curso de evolución ha adquirido un prodigioso aumento de volumen, de adaptación, de flexibilidad y de inteligencia, el hyrax o damán parece haber decrecido en proporciones semejantes, pues uno de sus antepasados era el Megalohyrax, contemporáneo del Moeritherium, que tenía un tamaño aproximadamente igual."
     "Ambos animales de la antigüedad eran originarios de África, pero así como está probado por los restos fósiles hallados, que el futuro elefante emigró a diferentes partes del mundo por estar seguro de su fortaleza y de su macicez, los conejos de roca apenas si salieron de las faldas de los montes africanos originarios, ya que no se recuerda más que algún otro ejemplar en el Peloponeso, venido acaso de Abisinia."
    "Así se encuentra en África al Luxodon pumilio o elefante de raza pigmea. En Chipre, Malta y otras islas del mar mediterráneo se han encontrado restos de diversas especies de elefantes pigmeos, ninguno de los cuales era mayor en tamaño que un gran perro de San Bernardo. En semejanza con los de las especies actuales de los elefantes enanos, guardan también estrecha relación morfológica con los actuales elefantes africanos, sin que quepa ninguna duda de que su pequeño volumen se debe a sus pasivas costumbres y ambiente limitado de las islas."
            (...)
     "La diferencia al desarrollarse el elefante en su emigración favorable a su evolución, hizo que los antiguos sabios advirtieran su conducta y destrezas ejemplares y su aumento de fuerza, inteligencia y presencia, incorporándolo al símbolo de GANESHA en el Primer Grado de Iniciación del GETULS y en el sagrado elefante blanco para el AIRAVATA que simboliza el Quinto Grado del SAT CHELLAH."
Boletín Iniciático Nº 2/ 8- 11 
                
    2.-EN FÍSICA: LA “REDENCIÓN” DE LA ELECTRICIDAD
      electricidad        
"Dice EL MAESTRE una comparación muy objetiva que es muy interesante para comprender un poco lo que representa la Yehida de la Shekina y es cuando dice: “En física sería el hilo de latón que se ofrece a la carga eléctrica cuyo grano de energía es aprisionado en la opacidad tenebrosa del aire atmosférico (mal conductor de la electricidad),. La electricidad se encuentra allí prisionera, prisionera en el ambiente mal conductor.- Esa salida –o sea el hilo de latón- es el instrumento de salvación para la energía eléctrica que encuentra su vía, su vida, la verdad”. (PP.XIV, 20)
"O sea que así como en aquél momento Moisés con su pueblo representaba el Re-encuentro de la verdad mediante el Peregrinaje, así en la física la electricidad encuentra su vía, su verdad su vida, como hace la metáfora el MAESTRE."
EL EXODO DE MOISÉS: Conferencia Maestre del Saber en la Biblioteca Nacional de Bogotá 1974
"El hilo de la Gracia, la gracia entendida como libertad de evolucionar nos ofreció una salida en la que encontramos nuestra vía, nuestra vida, nuestra verdad."
SJY/ 23 
  
3.- EN LAS ETAPAS DE LA MADURACIÓN EXISTENCIAL
  
“La libertad requiere dejar atrás algo...”
Honorables Sat Chellahs Cont. María Nilda Cerf Arbulú y
Lic. José Miguel Esborronda Andrade
  
  
     soledad existencial    
"El hombre coge su plaza en el Universo
preguntándose el por qué de su existencia..."
                                                   
                                                                  PP I/147
El ser humano, en la fase horizontal de su proceso de maduración conciencial, existencial y espiritual parte de una vida y conciencia casi exclusivamente materialista y visión profana de las cosas, el cual es un estado que por si solo (sin la conciencia y vivencia de la ley de ascensión espiritual) ANIQUILA las facultades ontológicas del Hombre Verdadero, del Hombre Trascendental, del Hombre Universal que está esperando nacer. Este primer estado caracteriza a la gran masa humana “que no parece querer evolucionar verdaderamente” y reacciona ante los estímulos exteriores en forma automática y poco consciente. A continuación, algunos textos que describen este estado primario o primitivo de la maduración mental, conciencial  y vivencial de la persona:
"Una de las grandes –si no la mayor- tragedias del hombre moderno es que hoy, dominado por la fuerza de los mitos y dirigido por la publicidad organizada, ideológica o no, renuncia cada vez más, sin saberlo, a su capacidad de decidir (...) se ahoga en el anonimato, índice de la masificación sin esperanza y sin fe, domesticado y acomodado: ya no es sujeto (*), Se rebaja a ser puro objeto. Se “cosifica”. 5 [Erich From. El Miedo a la Libertad, pp. 275-6] (...) Se ajustaal mandamiento de las autoridades anónimas y adopta un yo que no le pertenece (...)”.
Paulo Freire: La Educación como Práctica de la Libertad/ 31-32
              
"El hombre se siente solo, abandonado, cuando para nadie es sujeto (*), centro de iniciativa y de libertad, cuando se siente un simple objeto entre objetos innumerables más o menos anónimos. Por tal razón se puede estar terriblemente solo en medio de la multitud...
"La vida moderna tiende a eliminar de las relaciones interhumanas todo carácter de intimidad, de personalidad. Las conversaciones habituales en las oficinas, los salones, las distintas agrupaciones y aun la mayoría de las familias, son casi siempre impersonales. Se habla de negocios, de cosas, de acontecimientos, de ideas abstractas; rara vez las personas se interpelan en verdad de hombre a hombre. Muchos hombres nunca han sido para alguien un ser único, no intercambiable; son únicamente miembros de una ciudad, de una empresa, de una agrupación, de una familia. Para la mayoría de los patrones, el servicio doméstico y los obreros son simples instrumentos que no tienen rostro."
  
Ignace Lepp: La Comunicación de las Existencias/ 10
  
(*) Nota: El Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares discrepa en la aplicación del término sujeto al referirse a los hombres o mujeres. Se podría reemplazar y entender en estos casos, en vez del término “sujeto” mejor la palabra  “seres” o “individuo”.  
  
"Nuestra existencia profana nos ha impuesto una dimensión de experiencias a las que nos acostumbramos de tal modo, que pasamos inadvertido adentrarnos luminosamente en horizontes de posibilidades superiores, de líneas más y más amplias de conducta verdaderamente elevada (...)"
           "La vida profana es aquella que ignora la expresión superior de la existencia así como los métodos sublimes de transmutación hacia arriba como hacia abajo. Acrecentar la conciencia, por lo tanto es una preocupación de nuestros estudios."
GM/ 175
  
"Consideremos pues las relaciones humanas, tales como las exploran la psicología y la sociología. Ellos se anudan sobre tres planos. [1] Su primera forma, es la inserción ciega en una comunidad del hombre que, no habiendo aun tomado conciencia de sí mismo, no pone en cuestión la influencia que él ha sufrido. “El hace aquello que todos hacen, cree aquello que todos creen, piensa como todos piensan. [2] Después, cuando por el ejercicio del entendimiento el hombre ha probado su propio poder de pensar, la relación toma una nueva forma, ella no une más los individuos sepultados en la comunidad, sino monadas independientes que se comprenden obedeciendo a una exigencia universal de racionalidad en el pensamiento o en la acción. República de conciencias en general donde cada sujeto guarda el anonimato. [3] En fin, cuando el hombre después de ese desvío necesario para lo abstracto, regresa al sentimiento de una comunidad concreta, él la toma como una idea de la cual no ha finalizado de explorar el sentido y que da ella misma un sentido a su vida. La comunicación se establece al nivel del espíritu y recibe un contenido concreto. La adhesión ciega que el hombre daba hace un momento a la comunidad se ha convertido en alistamiento conciente delante un fin que amplia indefinidamente el horizonte de su acto. Así, cuando se convierte en miembro del Estado, es decir, de la última instancia soberana que organiza la sociedad, él participa al destino real de la humanidad; y quizás decide él mismo del sentido de ese destino defendiendo el Estado con el riesgo de su vida. (Filosofía, II-50, 51,52.)"
       "Jaspers ha retomado en “Vernunt und Existenz”, el análisis sintético de estos modos de comunicación existencial y que dibujan una triple comunidad: [1] comunidad de las simpatías y de los intereses vitales, [2] comunidad de los individuos que se identifican como Seres de entendimiento, [3] comunidad de los miembros de un Todo “que se relacionan a ese Todo como a su Idea.”
Zoroastrianos/ 24-25
  
"Frente a esta Libertad de acción, el ser humano comporta una gran responsabilidad, que reposa, no solamente sobre su propio destino, sino que, también, incluye el destino de la humanidad entera..."
GM/ 428
  
"R. Garaudy escribe: “La creación es lo contrario de la alienación. La verdadera desalienación es la creación, “desalinearse” es crear, crearse a sí mismo, crear labores y obras; “estar desalienado” es ser puesto en estado favorable a la creación de sí por sí, y a la creación de labores y de obras."
"Volviendo a Francois Perroux, en “Alienación y creación colectiva”, 1970 expresa:
“La desalienación es la liberación de cada sujeto en un conjunto en donde nadie pierde la calidad de sujeto. Culmina cuando cada sujeto se crea al mismo tiempo que crea a todos los demás”.
“La desalienación íntima y la desalienación social se condicionan pues, estrechamente la una a la otra, como la creación personal y la creación colectiva”.
“La desalienación íntima, liberación que no podría ser suspendida, se conquista sobre el automatismo”.
“La desalienación social conquista la liberación de los sujetos contra los automatismos sociales”.
“Estas imágenes proyectivas y desiderativas del mundo interior están en el origen de la comunicación con los otros y de la objetivación en labores y en obras que mediatizan la comunicación con el otro. La eficacia de las técnicas del “actuar” y del “hacer” es verificada en diálogo social”.
"A un momento dado cada sujeto es objetivado y socializado:
  
1. Por su horizonte social, es decir, por el número de las variables que él considera para formar su proyecto existencial o fijar su programa o su plan de tal acción determinada.
  
2. Por su campo de posibles, es decir, por el número de situaciones alternativas que compara con su situación presente, estmándolas realizables;
  
3. Por su campo de acción o de influencia, es decir, por el número y la clase de variables de su contorno, que modifica ejerciendo acciones conscientes deliberadas.
  
"Estos tres campos son interdependientes de un período a otro."
  
"En cuanto a la relación con el otro o con el grupo social, el estudio Cosmobiológico de las interrelaciones individuales (…) plantea una gama precisa de factores interindividuales para la relación consciente entre el sujeto y el medio."
"Perroux culmina un poco a la manera del Dr. Raynaud de la Ferrière que decía que: “La libertad de uno termina cuando comienza la libertad del otro”.
“Tengo conciencia de mí cuando tengo conciencia de no extenuar la libertad de ningún otro ser humano. Entonces coinciden tanto como es posible, la conciencia de mi libertad y la conciencia de la libertad”.
"Peter Drucker anuncia el “fin del hombre económico” y Julián Huxley, siguiéndole, afirma que hemos entrado en la “era del hombre social”. (La revolución actual, Londres, 1946)."
"El fin de la historia del hombre alienado, de la prehistoria humana, es el comienzo de la historia auténtica de la humanidad."
TCC/ 57-58
  
"De simples espectadores, la plenitud de estados existenciales del Saber de la Jñana, nos proporcionan una consciencia de verdadera plenitud. En la percepción de la realidad, más allá de la ilusión y la desilusión, de la motivación y de la desmotivación, un sentimiento de genuina seguridad interior nos anima y nos encamina hacia nuevos modelos de comunicación."
"A través de una Jñana Vijñana Yoga, de relación con el mundo, que es necesario penetrar en su auténtica tradición y en su dimensión de la Nueva Era del Saber, marchamos hacia una relación de gran plenitud interna y, por ende, hacia una relación más profunda y veraz con nuestros semejantes depurada de sus contenidos conflictivos."
SJY/7
 
4.- SOCIOLOGÍA E HISTORIA: LA INDEPENDENCIA  DE LOS PUEBLOS
“Todas las naciones observan un día de la independencia pero la observancia del aniversario de nuestra libertad de evolucionar es única...”
Maestre del Saber Dr. David Juan Ferriz Olivares
“Los pueblos en el mundo son objeto de verdaderas situaciones límites y donde la comprensión, la paz y la tolerancia nada tienen que ver.”
CR III/58 
            independencia peru           
EL LIBERTADOR DON JOSE DE SAN MARTÍN DECLARANDO LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
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LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN
La independencia de los pueblos para afirmar su identidad y garantizar su supervivencia frente a la opresión y aniquilamiento es otro ejemplo (ahora aplicado en la historia de la civilización) de la Ley universal del Exodo. Si no hubiera el cumplimiento de esta Ley redentora del los Éxodos con la SALIDA, RESCATE Y LIBERACIÓN de las condiciones aniquilantes entonces no se hubiera preservado la identidad de los pueblos en esa alienación y desintegración por el sometimiento del poder opresor y avasallante. La DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE es un autodescubrimiento lleno del ESTADO de ASOMBRO de las personas al saberse SERES AUTÉNTICOS con la LIBERTAD de EVOLUCIONAR, la DIGNIDAD, el gozo de descubrir sus cualidades inherentes y por ende sus derechos inalienables como HOMBRES LIBRES. 
 derechos del hombre
LA REVOLUCIÓN FRANCESA y la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE
derechos pueblospueblos derechos 2
El derecho de los pueblos a preservar su patrimonio cultural

5.- LA LEY REDENTORA DEL ÉXODO ILUSTRADA EN EL SIMBOLISMO MITOLÓGICO:

EL RAPTO DE GANÍMEDES
 ganmedes  

"En la leyenda griega ganímedes es hijo de Laomedon, rey de Troya. Fue secuestrado por Zeus bajo la forma de águila, para servir como aguador desde la vía láctea. En compensación, Zeus otorgó al padre de Ganímedes una vid dorada. Fue identificado con la constelación de Aquarius, con su cantaro de saber vertiéndolo desde la vía láctea, desde el cosmos, a través de esa única constelación que esta representada en el zodíaco con una figura humana que alcanza el triunfo de las pruebas iniciáticas que atraviesa en las otras eras y reencuentra en su era uraniana la facultad de dirigir su saber para el acontecimiento más importante de la nueva era que, escribió el Sublime Maestre, será: El Descubrimiento del Hombre Trascendental."
CR II/ Contracarátula
6.- LOS CORTAFUEGOS PARA LA SALVAGUARDA DE LOS BOSQUES: 
cortafuegos 1 cortafuegos incendio  incendio forestal 
FOTOS EN PRIMER PLANO Y AEREA DE CORTAFUEGOS E INCENDIOS FORESTALES
La Ley del Éxodo expresada como el CORTE que permite la liberación y la preservación en todas las manifestaciones
 naturales y sociales ante la deformación y aniquilación, se ve ilustrada también en EL CORTAFUEGOS que es un “instrumento” o técnica de los guardabosques y bomberos el cual establece un corte para salvaguardar al bosque del aniquilamiento producido por el avance y desbordamiento de los incendios forestales que lo ponen en peligro.

martes, 18 de enero de 2011

¡ Oye Nicaragua...!

El pueblo debe ser libre de escoger hasta la clase de miseria, de suicidio o de ignorancia que prefiere y si su debilidad manda o provee a una especie de indignidad, de insolencia o de violencia y de agresividad ¡este derecho kármico debes serle aun garantizado! ... Sin embargo, debemos tener también la prudencia y el poder para protegernos de toda amenaza contra nuestra salud, nuestra seguridad, nuestra felicidad o nuestra Iluminación.

No disputemos con los demás bajo el pretexto de que no piensan como nosotras. Cada uno es libre de vivir como quiera mientas no invada el mismo derecho a los demás. Se recomienda muy especialmente este concepto a los críticos que quisieran dividir el mundo en sectores raciales y geográficos a los cuales adjudican diferentes creencias religiosas sobre la base de derechos tradicionales.

¿Querrían también triturar la conciencia humana como triturar los átomos para hacer artificialmente explosiones catastróficas con el sólo propósito de satisfacer su pasión de autoridad, de destrucción y su complejo de superioridad? Las Sectas y los grupos pueden obstinarse en sus propias divergencias de hegemonía. Esto no nos preocupa en absoluto; ademas, no estamos por lo uno ni por lo otro en particular, ni por sus planes absurdos. Que conste, una vez más, que permanecemos al margen de sus enjuagues.

martes, 23 de octubre de 2007

A cerca del humano actual....

Siempre he argumentado acerca del hecho de que la sola diferencia que existe entre un animal y un hombre es la facultad de pensar. Si el hombre vive mecánicamente para beber, comer y dormir, se coloca por sí mismo en el estado animal; de ahí que el hombre materialista defendiendo la tesis del ateísmo es simplemente un ser espiritualmente animalizado, en el sentido común de la palabra, hasta el punto de que se queda en el estado precedente de su evolución en la historia de la vida completa (mineral-vegetal-animal-humano-supra humano).
En el plano mental es justamente la división entre estas dos categorías de individuos que se caracterizan entre los humanos como materialistas (20) o espiritualistas. El plano mental incluye dos estados que son, uno inferior y otro superior, siendo el primero el animal perfeccionado u hombre salvaje, y el segundo el hombre perfeccionado listo para pasar al estado de hombre-dios.
El hecho de estar en una región denominada civilizada, de pertenecer a una categoría de individuos llamados colectivamente naciones, y de ostentar grados universitarios, no implica garantía de no pertenecer al estado mental inferior, y, por lo tanto, este individuo en lugar de aprovechar sus hipotéticas cualidades se
exime de PENSAR REALMENTE y vive completamente en desacuerdo con las leyes naturales de la evolución humana (absorción de alcohol que hace perder el equilibrio del razonamiento sano, alimentación desordenada y, sobre todo, la nutrición que proporcionan las carnes de animales opuesta a todas las leyes del buen sentido, venenos de narcóticos, tabaco, etc.); no es raro, pues, ver en Occidente personalidades diplomadas que ignoran los primeros rudimentos de la sabiduría de vivir.
20 Existe evidentemente una multitud de divisiones dentro del género humano (ateísta, materialista, positivista, practicista, relativista, espiritualista, y hasta espiritista, etc.). Pero para simplificar no voy a enunciar más que las dos grandes corrientes del pensamiento humano.

lunes, 22 de octubre de 2007

Algo sobre Budismo

Una de las más grandes filosofías, que ha revolucionado al mundo pensante puede servir de ilustración. Un morador de cada cuatro de nuestro planeta, adora conforme la doctrina budista, mas las comunidades están divididas por los temas dogmáticos olvidando que Siddhartha Gautama, enseñaba más allá de los linderos de la adoración fanática... Un Buda (Iluminado) no concibe las cosas en sus aspectos personales y el Instructor da su lección sobre un plano universal.
La doctrina del budismo gravita alrededor del sufrimiento del hombre que desea tener y guardar todavía cosas que son esencialmente impermanentes. Entre estas cosas la más importante para el atamiento humano la constituye su propia persona. A menudo el hombre practica un falso aislamiento y la consecuencia es que se identifica con una especie de torre de marfil carente de realidad como lo demás y vacía de toda atta (naturaleza-Sí mismo).
Gautama el Buddha no respondía nada a la pregunta: ¿Qué es el SI? pues pensaba que el hombre halla la respuesta por sí mismo, cuando ya no está identificado con su persona, cuando ya no se resiste al mundo exterior, en fin, cuando suprime sus fortificaciones y cesa en sus constantes hostilidades.
En contraste con esta idea de aislamiento, el Buddha proclamaba la Unidad de todas las cosas vivas y demandaba de sus discípulos el reemplazar esta hostilidad con la Divina Compasión (karuna). La práctica de esta enseñanza debe conducir al estado de Nirvana (fin de padecimientos, desaparición del egoísmo, condición de bendición eterna). Podemos añadir el principio de Karma (ley de causa a efecto) y decir que todos los Budistas están de acuerdo hasta este punto.
La separación de las dos grandes corrientes de pensamiento comienza en la interpretación acerca de la actitud de Gautama al no responder nada a la pregunta: ¿Qué encuentra más allá el hombre cuando ya detrás no resiste las barreras de su persona? El Buddha negó la existencia del Atta en la persona. La enseñanza del Hinayana (pequeño vehículo) afirma que no hay el SI, en cambio el Mahayana (gran vehículo) considera que el verdadero SI se encuentra cuando se ha renunciado al falso.
Cuando el hombre ya no ensaya identificarse con su persona y no la usa para resistirse a la vida, piensa que el SI es mucho más que su ser y que comprende todo el mundo.
El Mahayana va más lejos, al afirmar la vida en la declaración de que todas las cosas son el SI en vez de negarlo y no decir que cada cosa considerada por separado no contiene el SI como lo expresa el Hinayana. Esta diferencia teórica da luz desdichadamente a igual diferencia en la práctica. El Hinayanismo por su ideal negativo, considera como la más alta forma del hombre la de aquel que alcanza sencillamente su Nirvana y queda liberado debido a la realización de Anatta (Sin-Si) y Anicca (Sin permanencia). Pero mejor que quedar aquí, en este estadio de Arhan, la filosofía del Mahayana pide a sus discípulos elevarse al grado de Boddhisattva. Este ser ideal del Buddhismo no puede excluir o descuidar ninguna cosa porque se encuentra identificado con todos y en todas las cosas.
El Boddhisattva afirma toda su vida como el SI y considera a los otros seres como otros sí, y para él, el Nirvana no es más que una vanidad y un estado egoísta que subsiste durante el tiempo en que una criatura sencilla permanece no iluminada.
Además de estas dos grandes formas del Budismo, otro sistema se presentó a consecuencia de interminables discursos a propósito del estadio final de la evolución del ser: Si el estado de ser UNO constituye el Nirvana, mientras que el de ser "algunos" constituye el Samsara (mundo de formas, rueda de nacimientos y muertes) resulta entonces necesario alternar el Nirvana con el Samsara, y en consecuencia el Nirvana no es el "Summum Bonum" sino sencillamente otro aspecto de lo mismo: ignorancia.
El Buddhismo se encontraba en este punto cuando el Zen apareció como culto (ver "The Spirit of Zen" por Allan E. Watts). Zen (palabra japonesa derivada del chino ch'an y corrupción del sánscrito Dhyana) es equivalente a Iluminación, pero igualmente implica una vía para alcanzarla. Con referencia al Nirvana y al Samsara, los Maestros captaron rápidamente la imposibilidad de definir la respuesta en términos intelectuales. Nirvana y Samsara son la misma cosa y un sabio verá el Nirvana inmediatamente en todas las cosas ordinarias de la vida (para el santo, todo es santo...).
El Zen fue introducido en China por Boddhidharma en 572. Este Gran Maestro era el 28° Patriarca de la raza de los Buddhas y había recibido la enseñanza por transmisión oral. Fue invitado un día por el Emperador Wu, que estaba impaciente por conocer al sabio quien al entrar en conversación con él dio una respuesta típica del Zen.
El Emperador chino le dijo:
-Hemos construido templos, ordenado monjes, recopilado las Santas Escrituras; tenemos algunos méritos?
-Méritos del todo, no, respondió el Maestro.
Muy inquieto el Emperador prosiguió:
-Muy Reverendo Señor ¿Qué es entonces la santa Verdad, el primer principio?...
-Este santo principio existe en todo, aún cuando no se encuentre en nada de santo, fue la respuesta.
El Emperador Wu expresó:
-Quién es usted, para plantarse así delante de mí?
Boddhidharma respondió:
-No sé, Vuestra Majestad...
Se conoce con certidumbre la historia de Shang-Kwuang, que quería ser discípulo de Boddhidharma. Este discípulo se presentó un día ante la caverna donde el sabio meditaba desde hacía largo tiempo y quien se negaba a recibirle. En vista de las muchas semanas de infructuosa espera en la nieve tomó una gran decisión para probarle su devoción al Maestro. Cortó una de sus manos y la presentó a Boddhidharma, quien al ver este acto resaltante le aceptó a su lado. La primera demanda de Shang-Kwuang fue pedir al Maestro la tranquilidad de su espíritu.
-Señor, mi espíritu me molesta, cúreme.
-Muéstremelo, le dijo el sabio.
-Pero no es posible, dijo el discípulo.
-Entonces usted ya está curado, respondió Boddhidharma.
Algún tiempo después de la muerte del Gran Santo, algunas personas reconocieron a Boddhidharma andando en el camino de regreso a la India por las montañas, con los pies desnudos y con una sandalia en la mano en vista de ello decidieron abrir su tumba y se halló solamente... la otra sandalia que el Maestro había dejado tras de sí....
El fundador del Zen desapareció sin dejar alguna huella al igual que otros muchos grandes Maestros (Lao Tseu, Jesús, etc.).
El Zen tiene numerosas afinidades tanto en el Tao como con la Yoga El taoísmo como el Zen, no cree en el mundo llamado objetivo, lo que confunde a muchos buscadores que se aventuran en estas filosofías.
Lao-Tseu el posible fundador del Taoísmo, fue contemporáneo de Gautama el Buddha. Cuando más tarde el Zen fue introducido a China, la filosofía de Lao-Tseu ya había quedado religada a la mitología y las supersticiones, en tanto que el confucianismo había pasado a ser la religión de las muchedumbres.
El mismo Lao Tseu dijo: "El Tao que puede ser descrito con palabras no es el verdadero Tao". Y de ahí que uno se pregunta con razón si verdaderamente Lao Tsé fue el autor del Tao Teh King, el cual fue compuesto, según algunos, 240 años antes de la era cristiana y más tarde fue atribuido a Lao Tseu, sin duda uno de los Grandes Maestros-Instructores (como Jesús-Cristo) que nunca escribieron.
Poco a poco las filosofías originales pierden su verdadero sentido para convertirse en dogmas, bien sea que se trate del Zen, del Tao o de la Yoga, pues una vez puestos en doctrina, los métodos se vuelven ritos fanáticos donde el espíritu real queda perdido. Si se observan todas las similitudes entre el discurso de Benarés, hecho por Gautama el Buddha y el Sermón de la Montaña de Cristo Jesús, es fácil también hallar bases comunes para todas las otras religiones.
A la pregunta: ¿en qué consiste la Iluminación? un Maestro Zen respondió: vuestros pensamientos diarios.
Otro sabio chino, a la pregunta: ¿qué es el Tao? respondió que el Tao es la vida acostumbrada.
El maestro Pai-Chang explicó el Zen dándole sólo el significado siguiente: "come cuando tengas hambre, duerme cuando estés cansado, etc.".
Fue Lin-Chi quien declaró: "el verdadero discípulo de la Religión nada tiene por hacer sino vivir su vida tal como la ha hallado en las diversas circunstancias de este mundo".
El Zen es así, una transmisión especial de Iluminación aparte de las Escrituras, ninguna dependencia acerca de las palabras y las letras; es una punta directa hacia el Alma humana, es la vista en nuestra propia naturaleza... (Ver por ejemplo, "Essays in Zen Buddhism" y "Manual of Zen" del Profesor Suzuki).
La técnica del Zen Buddhismo se inspira en el Koan que se relaciona con el Satori (experiencia súbita, abandono de falsas ideas de posesión) el cual es una medida indispensable para el cumplimiento del Zen.
Existen 1700 Koans, pero no todos son necesarios para la completa comprensión del sistema. El Koan, que literalmente significa documento público, es la forma de un problema basado en los hechos y en las palabras de Maestros famosos, es el conjunto de actitudes a tomar para REALIZAR.
Además del Koan, que es una divisa religiosa, existe el Yugen que es una divisa artística. El Yugen es una cualidad indefinible, es lo sutil, es el método de demostración de la verdad no por la descripción dada exactamente, sino advirtiendo el hecho por tener un inmediato contacto con la vida, y no por apoyarse sobre la versión ajena.
Es el medio de realizar a través del símbolo (Ver mi libro La Misión de los Artistas).
Hay que añadir también que sería peligroso considerar el Yugen como finalidad, pues hay que considerarlo como descubrimiento de un secreto. El Zen, que se manifiesta tanto en la ceremonia del té en los Chaseki, como en Ju-Jitzu o en el Kenjitzu, demuestra su amplio horizonte, encerrando todas las experiencias de la vida.
Ju-Jitzu significa literalmente lo que los ingleses llaman "Gentle Art"; es la técnica de apretar, estrangular, arrojarse y lanzar, mientras que el Judo es más bien la filosofía sobre la cual esta técnica está basada; la misma cosa sucede con el Kenjitzu y el Kendo los cuales son métodos de self-defense, con armas esta vez. Así pues desde el Cha-No-Yu, ceremonia del té, hasta el Ju-Jitzu, pasando por el Bushido (código de Caballería de los Samurais), el Zen describe los rituales y da su enseñanza. Desde los Chaseki (casa de té) donde aprenden la relajación, hasta el Ju-Jitzu que es sobre todo el sistema básico para dejar perder el equilibrio a su adversario, todas las experiencias de la existencia están frente al discípulo del Zen.
Finalmente, la Yoga es la que puede dar la conclusión, puesto que es el principio y el fin de todas las cosas, así como todas las cosas mismas; el yoghi quizá se materializa a través de diferentes aspectos, pero permanece idéntico en su espíritu, porque basta al Yoghi realizar la unidad, no importa cuáles sean sus manifestaciones; sólo es importante su grado de evolución espiritual, su Identificación completa con el Origen, con la FUENTE.
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El bien y el mal (S. M. A.)

¿Se comprende ahora que la cultura de la inteligencia no compite con la cultura del espíritu? El gran error de nuestra sociedad moderna es haber desarrollado la razón sola, desobedeciendo así a la ley de la ascensión del espíritu. Interviene aquí un gran problema: el de la noción del Bien y del Mal. Es un asunto vasto, que todos los filósofos trataron ampliamente y que conviene analizar, quizá de una vez para siempre, con los rudimentos que esto implica, antes de progresar más adelante en nuestras perspectivas de las materias iniciáticas.
Se encuentra en el segundo tratado de las "Investigaciones acerca del Origen de las Ideas" (Amsterdam, MCMXLIX) una descripción del Bien y del Mal moral, y se puede leer como introducción:
"Cuando se usa el término `Bondad moral´, se comprende aquí la idea de una cierta cualidad, la cual, al mismo tiempo que nos hace aprobar una acción, nos inclina a desear la felicidad de quien la hizo. El término `Mal moral´ designa por el contrario, la idea de una cualidad opuesta, la cual nos obliga a condenar o desaprobar toda acción en la cual se encuentra". La aprobación y el desprecio son verosímilmente simples ideas, de las cuales es imposible dar más amplia explicación. Contentémonos por el momento con esas definiciones imperfectas, hasta que estemos seguros de que esas ideas existen realmente dentro de nosotros, y que hayamos descubierto el principio en el cual se funda esa diferencia de las acciones como moralmente buenas o malas.
Parece que esas definiciones contienen una diferencia, la cual se admite universalmente, entre el Bien y el Mal moral, y entre el Bien y el Mal natural. Todos quienes hablan del "Bien Moral" convienen en que él procura la aprobación y la benevolencia de todos hacia los que lo poseen, lo que no es lo mismo en cuanto al "Bien Natural". Es especialmente en esta clase de ocasiones, cuando los hombres deben consultar su propia conciencia. La inclinación que se tiene para aquellos en los cuales se reconoce el honor, la buena fe, la generosidad o los principios humanitarios, es muy diferente de la que se experimenta para los que poseen bienes naturales como las casas, las tierras, la salud, la fuerza, etc.. Nos sentimos necesariamente obligados a querer y aprobar a los que poseen las escasas cualidades citadas primeramente.
Por el contrario, la posesión de bienes naturales no sirve muy a menudo para nada, sino para causar a aquellos que los poseen, el odio y la envidia de los demás hombres, los cuales creen merecer por eso la aprobación y el apego. De igual modo, toda cualidad que es moralmente mala, como la traición, la crueldad, la ingratitud, nos hace odiar y despreciar a aquellos en los que las percibimos; al contrario, ordinariamente tenemos estima, simpatía o compasión para con la mayor parte de las personas a quienes encontramos expuestas a males naturales como el dolor, la pobreza, el hambre, la enfermedad o la muerte. El primer problema en este asunto consiste en saber de dónde nacen las diferentes ideas que se tiene de las acciones. Veamos algunas opiniones.
Puesto que, después, emplearemos a menudo los términos "interés", "ventaja", y "bien natural", es la ocasión para fijar las ideas. El placer que acompaña generalmente las percepciones sensibles nos presenta la primera idea del "bien natural" o de la felicidad, y se da el epíteto de "buenos" a todos los objetos apropiados para excitar en nosotros el placer. Los que pueden procurarnos otras percepciones agradables son llamados "ventajosos" y buscamos a ambos por interés o por amor propio.
El sentido que tenemos del placer es anterior a lo que se llama "ventaja" o "interés"; es aún, el fundamento de ambos. No percibimos el placer en los objetos porque nuestro interés nos atraiga hacia ellos, sino que los objetos o las acciones nos parecen "ventajosas" y las buscamos por interés, a causa del "placer" que nos procuran. La percepción que tenemos del placer es absolutamente necesaria y encontramos como ventajoso o naturalmente bueno, sólo aquello que es capaz de procurarnos este placer, o bien inmediatamente, o bien, mediatamente, o indirectamente. Se dice que buscamos por amor propio los objetos, que el sentido o la razón nos hicieron encontrar inmediatamente o indirectamente, o bien apropiados, aún, para procurarnos placer, cuando en nuestras investigaciones nos proponemos el placer que esos objetos tienen el poder de excitar dentro de nosotros. Por ejemplo, gracias a los sentidos descubrimos: la bondad inmediata de un plato, de una hermosa perspectiva, de un cuadro, etc.; gracias a la razón, descubrimos la bondad de las riquezas y de la autoridad. Es decir, que la razón nos enseña que la riqueza y la autoridad nos permiten procurarnos los objetos de los cuales recibimos un placer inmediato, y buscamos así esas dos clases de bienes naturales por interés y por amor propio.
Veamos más lejos aún, en lo que se refiere a las opiniones relativas al Sentimiento que tenemos del Bien y del Mal.
La mayor parte de los sistemas de Moral modernos nos presentan como doctrina incontestable que "todas las cualidades morales tienen una relación necesaria con la Voluntad de un Superior bastante poderoso para hacernos felices o infelices". Así, puesto que el fundamento de todas las leyes es la esperanza en las "recompensas" o el temor a los "castigos" (lo que nos incita a obedecer por motivo de interés), esos sistemas suponen que: "es así que las leyes permiten ciertas acciones como siendo indirectamente buenas o ventajosas y prohíben algunas otras como siendo absolutamente malas".
Se ha dicho que: por la Ley, un Legislador benéfico no establece ninguna acción para el agente sino solamente las que por su naturaleza tienden al bien natural del Todo, o las que por lo menos, no son incompatibles con él. (Así, alabamos la virtud ajena porque contribuye en cierto modo a nuestra felicidad, sea por ella misma, sea por esa contribución general). Es sabido también que la obediencia al legislador, es generalmente ventajosa al Todo, y a nosotros mismos en particular. Igualmente y por razones contrarias, condenamos el vivir de lo ajeno, es decir, la acción que prohíbe la ley, porque en cierto modo nos causa daño. Se dice entonces, que obedecemos a las leyes solamente por motivos interesados, es decir, con el objeto de conseguir el Bien Natural, el cual resulta de la acción prescrita o de la prometida recompensa; o con el objeto de evitar el Mal natural, que es la consecuencia de nuestra desobediencia, o por lo menos, evitar las penas que este inflige.
Otros sistemas morales suponen: una Bondad Natural inmediata en las acciones llamadas virtuosas; es decir, que estamos determinados a percibir cierta "belleza" en las acciones ajenas, y en amar a los que las crean, sin consideración ninguna de la utilidad que puedan devolvernos; es decir, que gozamos también de un deleite secreto en hacer acciones virtuosas aún cuando no esperamos ninguna ventaja de ellas. Pero se dice entonces que estamos excitados hacia esa clase de acciones (aun cuando buscamos cuadros, paisajes) por el amor propio que nos dirige a ellas, es decir, con objeto de lograr el placer que nace de la reflexión que hacemos acerca de esas acciones, o tal otra ventaja futura.
Pero por fin, se puede probar que los hombres encuentran una Bondad inmediata en ciertas acciones o que, gracias a un Sentimiento Superior (la Moral), aprobamos los actos ajenos y estamos determinados a amar a aquellos que los hacen, con el objeto de la perfección que procuran. Se puede probar también que tenemos una percepción, semejante a la reflexión sobre nuestros actos mismos, sin consideración ninguna de la ventaja natural que nos den. Se puede probar igualmente que el afecto, el deseo o la intención que hace aprobar los actos, producto de ese motivo, son independientes de ese placer sensible que puede darnos , de las recompensas que se establecieron o de tal otro Bien Natural que puede resultar de la acción virtuosa, y que ella está fundada en un principio completamente diferente del amor propio o del deseo de nuestra utilidad particular.
Estudiemos, pues, las diversas ideas del Bien Natural y del Bien Moral.
No sería difícil convencerse que las percepciones del Bien y del Mal Moral son completamente diferentes de las del Bien Natural, si se reflexiona acerca de las diferentes maneras de afectarnos tales objetos. Si el sentido que poseemos del Bien no fuese absolutamente distinto de la ventaja o del interés que resulta de los Sentidos exteriores y de las Percepciones de la Belleza y de la Armonía, tendríamos los mismos sentimientos y los mismos afectos para un campo fértil o una casa cómoda, que para un amigo u otra persona de noble carácter, puesto que ambos nos serían ventajosos. No admiraríamos y no querríamos a una persona que vivió en un país o en un siglo alejado del nuestro y cuya influencia no podría extenderse hacia nosotros, ni querríamos las montañas del Ural mientras no nos interesáramos en el comercio de Rusia. Tendríamos los mismos sentimientos y la misma inclinación para los seres inanimados que para los que razonan, en lugar de experimentar lo contrario. ¿Por qué, en efecto, querer a seres sin vida, que no tienen y no pueden tener ninguna buena intención para con nosotros, ni para con cualquier otra persona? Su naturaleza, es verdad, rinde para nuestro uso; pero eso se hace sin que lo sepan y sin que tengan ellos la intención de contribuir a nuestra utilidad. No es igual con los agentes razonables, los cuales obran por el interés y la felicidad de los otros seres con los cuales están unidos.
Estamos convencidos así de la diferencia que existe entre esa Aprobación o Percepción, de la "Excelencia Moral" que atribuimos, por un espíritu de benevolencia a aquellos en quienes creemos percibirla, y la opinión de la Bondad Natural que tiende a desear al objeto que la posee.
Pues, ¿de dónde puede venir esta diferencia, si la aprobación que damos a lo que es "bueno" y si el sentimiento que tenemos de él, está fundado sólo en la ventaja que esperamos lograr de él? Acaso no son los objetos inanimados tan ventajosos como las personas de las cuales recibimos todos los días pruebas de su amistad y de su benevolencia, gracias a sus buenos oficios? Los estimaríamos, a los unos y a los otros, con un espíritu de ternura o solamente con el objeto de la utilidad que podemos conseguir? No, sin duda, y eso es porque: en el afecto que experimentamos para con los Seres Razonables, tenemos una percepción distinta de la "Belleza" o de la "Excelencia", que nos conduce a admirar y amar a esa clase de caracteres o personas.
Supongamos ahora, que conseguimos los servicios de dos hombres: uno obra por inclinación hacia nosotros y con objeto de hacernos perfectamente felices; el otro obra con motivos interesados o por sujeción. Es cierto que en este caso ambos nos son útiles: sin embargo, no podemos menos que experimentar por uno y por otro, sentimientos muy diferentes. Debemos poseer, pues, otras percepciones de los "actos morales" que las que se fundan en el interés. A esta facultad de recibir esa clase de percepciones se puede dar el nombre de "Sentimiento Moral", puesto que es conforme a la definición que damos de esa facultad, es decir: es una determinación del espíritu a recibir toda clase de ideas, según los objetos que se presenten a nosotros, y que es enteramente independiente de nuestra voluntad.
Sin embargo, el sentimiento Moral no se funda en la Religión; unos dirán quizá: las acciones que llamamos buenas o virtuosas tienen esta ventaja sobre las otras porque esperamos ser recompensados por Dios, y es sobre este principio que se apoya la aprobación que les damos y el motivo interesado que nos inclina a hacerlas. Pero, basta observar que mucha gente, muy numerosa, tiene ideas muy altas en lo que se refiere al honor, la buena fe, la generosidad, la justicia, sin conocer a la Divinidad ni esperar recompensa ninguna de ella; también odian la traición, la crueldad, la injusticia, sin atención ninguna al castigo que puede seguirlas. Por lo demás, aunque esas recompensas y esos castigos pueden hacer considerar un acto como ventajoso o nocivo, no resulta que este motivo deba hacer aprobar o querer a quien hace un acto semejante, puesto que el mérito que lees dado no podría redundar en otros. Estos actos, en verdad, son ventajosos para quien los cumple, pero esa ventaja no tiene nada común con la de otra persona. Sin embargo, se puede verificar muy bien, que el interés contrabalancee nuestro deseo de que se sea virtuoso; pero ningún interés personal nos hará aprobar nunca como moralmente buena una acción que sin este motivo nos hubiera parecido moralmente mala, aunque estimando todos los efectos nos pareciera tan ventajosa al Todo sin que lo fuera para nosotros, como lo fuese en el tiempo que esperáramos conseguir cualquier ventaja. Nuestro interés o daño personal no influye sobre el Sentimiento que tenemos del Bien y del Mal Moral, y no tiene tampoco más fuerza para hacernos encontrar un acto bueno o malo en la ventaja o desventaja de un tercero.
Nada es más fácil de emitir que una opinión, pero solo nuestra conciencia puede decidir. Así, si ciertas acciones morales no parecen amables a primera vista a quienes no tienen interés ninguno en ellas; si no queremos y no aprobamos con la más perfecta sinceridad a un amigo o a un compatriota generoso, cuyas acciones le colma de honor sin procurarnos ninguna ventaja, también es verdadero que alabamos acciones que son útiles al género humano, aunque a menudo no consigamos ninguna utilidad de ellas. Quizá sería en interés de nuestra especie, que todos los hombres se pongan de acuerdo en hacer solamente acciones semejantes de tal manera que cada uno encuentre su provecho, pero eso prueba solamente que la razón y la reflexión pueden hacer aprobar, por un motivo interesado, las acciones que el Sentimiento moral, que está en nosotros, nos inclina a admirar a primera vista, independientemente de este interés.
Por otra parte, este sentimiento, puede obrar aún cuando no seamos partes interesadas. Podemos aprobar la justicia de un sentimiento que nos condena. Un traidor, preparado a sufrir el suplicio que su crimen merece, puede alabar la vigilancia con la cual Cicerón descubrió a los conspiradores, aunque hubiese sido una ventaja para él que no hubiese existido en este mundo un hombre dotado de semejante agudeza. De hecho, la idea favorable que formamos de las acciones es completamente independiente de la utilidad que podemos lograr de ellas. Tenemos el derecho de concluir que esta Percepción del Bien Moral no está provocada por la Costumbre, la Educación, el Ejemplo o el Estudio; esas cosas no podrían darnos nuevas ideas. Pueden hacernos percibir una ventaja particular en acciones cuya utilidad era desconocida antes, o bien hacernos considerarlas como nocivas, sea por razón, sea por prejuicio, aunque no las hubiéramos encontrado así a primera vista, pero nunca pueden hacernos examinar un acto como digno de alabanza o como reprochable, y ello, sin consideración ninguna de nuestro interés personal.
Es necesario, pues, que el Autor de la Naturaleza quien nos hizo capaces de recibir de parte de los objetos, tras el intermediario de los Sentidos exteriores, ideas agradables o desagradables según que ellas nos sean útiles o nocivas; y, así mismo gustar el placer de la Belleza y de la Armonía, como resulta de la Uniformidad de esos objetos, para atraernos y adquirir las Ciencias y recompensarnos por eso, o para ser una prueba de la "Bondad", de igual modo que la Uniformidad es una prueba de su Existencia, sea que encontremos la Belleza en ella o no; es necesario, pues, que el Autor nos haya dado un sentimiento moral capaz de dirigir nuestras acciones y de procurarnos los placeres infinitamente más nobles, de tal modo que, cuando nos proponemos solamente la felicidad de otro, adelantamos la nuestra también, sin saberlo.
Los verdaderos motivos de las acciones son los "Afectos".
Toda acción que concebimos como moralmente buena o mala, siempre está supuesta a originar cualquier Afecto para los "Seres sensitivos", y todo lo que llamamos "Virtud" o "Vicio" emana de un afecto semejante o de cualquier "acción" hecha en consecuencia. Quizá baste también para que una acción o una omisión aparezca como "viciosa" que ella proceda de una falta de afecto para con los Seres razonables que, suponemos, existen en los caracteres que parecen moralmente buenos. Todas las acciones que se estiman como religiosas en cualquier país que sea, son consideradas como provenientes de algún sentimiento para con Dios, y siempre suponemos que, lo que se llama "Virtud Social" tiene por principio el amor del prójimo. Todo el mundo conviene en que todo movimiento exterior que no está acompañado por cualquier sentimiento afectuoso para con Dios o con el Prójimo, o bien que está independiente del afecto que debe haber para ambos, no podría ser ni moralmente bueno ni moralmente malo.
Si se pregunta, por ejemplo al ermitaño más sobrio, si la "Temperancia" (suponiendo que no se origine de un motivo de obediencia a las órdenes de la Divinidad o que tampoco nos vuelva más dispuestos a la piedad, más aptos al servicio del género humano o a la investigación de la verdad) puede ser moralmente buena en sí misma y mejor que la golosina, él contestará ciertamente: en estos casos ella no puede ser un "Bien Moral", aunque puede ser naturalmente buena y ventajosa para la salud.
Se debe admitir que la "virtud" es desinteresada y numerosos afectos nuestros lo son también. El hombre no es natural y voluntariamente malo, y el amor propio, el interés tampoco son el origen de su estimación o de su benevolencia.
Así pues, si no es producto de la benevolencia ni del amor propio ni de ningún fin interesado, y toda virtud emana de este principio o de tal otro afecto igualmente desinteresado, entonces resulta que debe haber, diferente del amor o del interés, cualquier otro afecto que nos atrae hacia los actos llamados virtuosos.
Si nuestros deseos se limitasen únicamente a nuestra utilidad personal, resultaría que cada ser razonable obraría solamente en su propia ventaja como objeto; de tal modo que se debería darle el título de Benéfico solamente porque obra con este objeto y en tal sistema no deberíamos admitir en la Naturaleza ningún Ser Benéfico o a un ser que obrase con objeto de hacer feliz al prójimo. Si el amor que se tiene para el bien público, tanto como el celo que nos anima en procurar ventaja al prójimo, no proviene de un sentimiento superior ¿de dónde nace esa creencia general de que Dios recompensará a las personas virtuosas? Se dirá que lo importante para la Divinidad es que practiquemos la Virtud. Ese sentimiento debe sin duda parecer absurdo a todos los que esperan en la "Bondad" y en la "Misericordia". Si esa clase de disposiciones se encuentran en la Divinidad ¿cuál es la imposibilidad de que las criaturas posean también cualquier chispa de este Amor por la Sociedad? ¿Por qué pues suponer que obran por "amor propio"?
En una palabra, si el único principio que admitimos de las acciones humanas es el amor propio, no se comprende en qué estaríamos fundados para esperar beneficios o recompensas de parte de Dios o de los hombres, más allá de lo que exige el interés del beneficio. Sería ridículo esperar “beneficios” de parte de un ser cuyos intereses son totalmente independientes de los nuestros. Quién pudiera aconsejar a la Divinidad a recompensar la Virtud, puesto que, según este sistema, no es nada más que el arte de cuidar nuestros intereses del modo más conveniente, sin perjudicar al bien público y sin que se obre igualmente con respecto al vicio, aunque sea de un modo que verosímilmente no debe ejecutarse muy bien y que es siempre contrario a la felicidad del Todo. Pero ¿cómo puede Dios interesarse para con ese Todo si cada ser obra por amor propio? Cuál es el fundamento que nos hace creer que Dios es bueno, en el sentido comprendido por todos los cristianos, es decir, interesado en la felicidad de sus criaturas? ¿Cómo se hace que la desgracia del hombre no le cause el mismo placer que la felicidad? ¿Cómo podríamos censurar un Ser tal si obrase en hacerles miserables? ¿Cuál sería la base de nuestras experiencias? Se admitiría inmediatamente el "Mal-Principio de los Maniqueos" como lo bueno, si fuese verdadero que no hay ninguna excelencia en el Amor perfectamente desinteresado y que todos los seres en general obran con objeto de su propia utilidad, y si se supone que la Divinidad logra ventaja de sus criaturas. ¿Cuál es, pues, el verdadero principio de la Virtud?
Después de haber destruido los falsos principios de las acciones virtuosas, queda por establecer una cierta determinación natural en procurar la felicidad ajena o un instinto que preceda a todo motivo desinteresado y que nos incite a amar al prójimo: es igual que con el Sentimiento Moral (cuyo principio ya hemos analizado) que nos incita a aprobar las acciones que provienen de este Amor.
Ese "desinterés" aparecerá, sin duda, muy extraño a aquellos quienes aprendieron en las escuelas y en la lectura de los autores sistemáticos, a mirar el amor propio como el origen único de las acciones humanas. Pero considerémoslo en especies más simples y más fuertes, y después de haber comprendido su posibilidad en esos ejemplos, nos será fácil conocerlo en lo extenso.
Nuestros afectos naturales son, sin embargo, de naturaleza diferente como, por ejemplo, de los de los socios de una misma compañía quienes están asociados en los negocios y, unidos, pues, en la prosperidad o en el infortunio. Los sentimientos que unen al padre a su niño son de clase diferente y el interés de unión es ciertamente diferente de las sensaciones de placer o de pena del niño, que el padre no podrá experimentar. Un padre no podrá experimentar el hambre, la sed o la enfermedad de la cual padece el niño; todo lo más, puede tomar parte en los gozos o penas por un deseo natural de la felicidad y una aversión de la miseria. Ese deseo es anterior pues, a cualquier enlace interesado y es más bien causa que efecto: debe ser, pues, perfectamente desinteresado. Eso no sería la opinión de un Sofista, quien enunciara: los niños hacen parte de nosotros mismos y el amor que les damos recae sobre nosotros. ¡Admirable respuesta! Pero alarguémosla tan lejos como pueda ir. ¿Cómo pueden nuestros niños hacer parte de nosotros? Ciertamente no se pueden comparar a un brazo o a una pierna, ignoramos absolutamente sus sensaciones. Pero, se dice, ¡su cuerpo ha sido formado partiendo del nuestro! Se puede decir lo mismo de una mosca o de un gusano, los cuales provienen de nuestra sangre o de nuestros humores! Esos insectos no nos son queridos aún. Es ciertamente, tras algún otro sitio, que nuestros chicos son parte de nosotros, y es solamente el afecto natural que tenemos para ellos que puede producir este efecto. Es el afecto el que los hace parte de nosotros y él es completamente independiente de lo que ellos eran anteriormente. Cierto, no se podría concebir una metáfora más admirable. Acerca de este principio, cada vez que entre los hombres notamos una determinación que les atrae a amarse mutuamente, deberíamos considerar a cada individuo como parte de un Gran Todo o de un Sistema de cuyo bien se interesa como miembro.
Ciertos filósofos piensan que todo eso puede deducirse fácilmente del amor propio. Según ello, los niños no sólo son engendrados por nuestro cuerpo sino que nos parece que aún lo son por el alma, y que es nuestra propia semejanza lo que queremos en ellos.
Muy bien, pero ¿qué es la "semejanza"? No es una "identidad individual", sino solamente un Ser comprendido bajo una idea general o específica; es por esto nos parecemos a los niños de otros hombres y que un hombre se parece a otro desde ciertos puntos de vista. Lo mismo el hombre se parece en algo a un Ángel y lo mismo a un bruto... Cada hombre, pues, está naturalmente dispuesto a amar a su "semejante", a desear el bien, no sólo a su propio individuo sino también a cada otro ser razonable o sensitivo. Esa disposición es más fuerte donde se encuentra más "semejanza" con las cualidades más nobles. Si eso es lo que se llama amor propio, los Místicos más refinados no pueden desear un Principio más desinteresado; pues, lejos de limitarse al individuo, pasa hasta la felicidad del prójimo y puede extenderse a todo, puesto que todos los hombres se parecen de cualquier modo. Nada pudiera ser más ventajoso ni más generoso que un Amor propio de esta clase.
Se dirá sin duda, que a menudo, los padres siempre logran cierto placer del honor, y algunas veces de las ventajas efectivas de la prudencia y de la prosperidad de sus chicos, y que es de allí que proviene la solicitud que tienen para ellos. En este caso, es fácil contestar que todas las motivaciones cesan cuando se aproxima la muerte y que aún ahí este afecto es más fuerte que nunca. Que tanteen su corazón los padres y que juzguen si aquellas concepciones son los únicos principios de su afecto para aquellos de sus niños que son más inválidos o de los cuales tienen menos que esperar.
Otros autores notan que los padres tienen un afecto muy débil para los niños hasta que estos empiezan a razonar y ser capaces de sentimiento y que al contrario, las madres pretenden experimentar un afecto fuertísimo desde el momento en que nacen esas crías. Nos gustaría mucho, a fin de arruinar mejor esta hipótesis, que lo que está así adelantado fuese verdadero en todo, como lo es en parte (aunque veamos que ciertos padres tengan afecto para sus niños idiotas). El entendimiento y el afecto que notamos en nuestros niños y que los hacen aparecer como "seres pensantes" pueden sí aumentar el amor que les dispensamos, pero independientemente de todo objeto de interés. Una prueba de que este aumento de amor no está fundado en la utilidad que esperamos lograr de sus conocimientos o de su afecto, es que trabajamos sin cesar para ellos sin esperanza ninguna de ser resarcidos de nuestros gastos o de estar recompensados de las penas que tomamos, excepto en el caso de necesidad extrema. Así pues, por la constitución misma de nuestra naturaleza, el objetivo de una Capacidad Moral puede aumentar nuestro amor sin que haya parte en él de nuestro interés. ¿No puede él hacerlo igualmente donde no estamos ligados por los lazos de la sangre y ese mismo principio producir un grado de amor más débil que se extienda a todo el género humano?
De ello nace otro gran problema que forma el objeto general de estos "Propósitos Psicológicos", a saber, las reglas de conducta, para las cuales nos contentamos simplemente con brindar algunas reflexiones en este asunto, a fin de no limitar nuestros pensamientos sino ofrecer meramente una meditación sobre los principios.
Realizamos muy bien que, además del instinto vital, la conservación de la vida y la propagación de la existencia, una ley fundamental nos inclina también a contestar al llamamiento del espíritu.
Pero, además de los conflictos que existen entre las actividades mentales (entre la razón y el sentimiento), se debe deplorar todavía la falta de leyes bien establecidas para este propósito; en efecto, no se estatuyeron bien, para esa vida mental, reglas como las hay por ejemplo, para la Fisiología.
La mayor parte de los seres humanos no necesitan una guía en su conducta fisiológica, bien que sea espiritual o social.
Como lo dice Alexis Carrel: "En la sociedad moderna, desgraciadamente no existen hombres cuya especialidad fuera la de ser Sabios y ayudar a los demás en su Sabiduría".
Sin embargo, todavía se adelantan esos Guías inspirados en la Ciencia del hombre, y el resurgimiento del funcionamiento de los Colegios Iniciáticos permite esperar en un orden cuyos miembros posean el carácter tan científico como sacerdotal, capaces de reeducar completamente a la humanidad hacia su Destino de Luz.

miércoles, 10 de octubre de 2007

¿Qué perfila otra noche de vigilia prolongando sus desvelos hasta el albor de la aurora, con sus cantos y encantos de pajaros agoreros de funestos vuelos, de trinos matutinos que despuntan en las ramas de mis neuronas amanecidas, sin descanso y sin devanecer?

¿Qué será del día que tienta con pensamientos inconclusos, infructuosos, penetrando a tientas en mórbidos intentos de descifrar el tiempo que se desvanece inmisericorde?

¿Y de mi, furtivo pensador?

¿Qué será?

¿Tendrá acaso fin la eternidad, o habrán límites en lo infinito?

El Absoluto instiga, colgado en un rayo de luz solar, a transformar lo sombrío en esplendor, a vencer el tedio de existir, a cantar victoria, aun deshecho en cuerpo, alma y corazón.

Josman Wonoband